Ahora estamos muy bien y respirando por fin a pleno pulmón con los alisios del NE y ciñendo con 15 nudos de oro puro. La moral por las nubes ya que por fin le ganamos alguna milla a nuestros perseguidores y tenemos confianza en nuestro barco en este nuevo rumbo.
El paso por el ecuador fue ayer por la tarde y las condiciones acababan de cambiar a mejor, así que tuvimos doble celebración. La ofrenda a Neptuno fue otra vez chocolate (nuestro penúltimo paquete de galletas Príncipe) y de momento la cosa parece que va bien y las puertas del Atlántico norte se han abierto para nosotros... La cerveza muy rica y no estaba excesivamente caliente.
Debemos estar en el mar de los sargazos porque esta todo plagado de algas flotantes que por suerte no tienen la forma y la consistencia para engancharse en los apéndices. Las algas que encontramos en los mares del sur sí que eran fuertes y largas con unas hojas enormes. Alguna vez tuvimos que parar el barco para librarnos de ellas porque nos frenaban muchísimo.
Ahora tenemos unos tres días de ceñida hasta llegar a la latitud de Cabo Verde y veremos qué pasa con la meteorología para ajustar la estrategia de aproximación a Canarias-Gibraltar. De momento un pequeño descanso y a coger aire para el siguiente asalto.
Un abrazo.
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